A los perros no les gustan los abrazos
Imagina que ves a tu perro, le das un gran abrazo lleno de cariño… pero detrás de esa carita peluda hay un pensamiento: ¿qué está pasando aquí? Al principio te puede parecer una contradicción, tú lo quieres y lo abrazas con amor, pero el cuerpo de tu perro podría estar diciendo algo muy distinto. ¿Por qué a los perros no les gustan los abrazos? Vamos a desvelarlo, paso a paso, desde el punto de vista de un amante de los animales y algunos estudios de expertos en conducta canina.
¿Qué pasa en la mente de un perro cuando lo abrazamos?
¿El abrazo es para ellos… o para nosotros?
Cuando nosotros pensamos en “abrazar a tu perro”, lo vemos como una muestra de cariño. Pero para muchos perros (y en realidad, para “la mayoría”, según varios estudios), ese gesto puede resultar incómodo, confuso o incluso estresante. Investigaciones recientes muestran que los perros interpretan los abrazos de un modo diferente al que nosotros imaginamos.
Por ejemplo, en un estudio analizado por Stanley Coren, se revisaron 250 fotografías de humanos abrazando perros y se observó que aproximadamente el 81 % de esos perros mostraban señales de estrés. Más recientemente, otro estudio analizó vídeos y detectó que muchos perros evitaban la mirada, babeaban los labios, aplanaban las orejas, se giraban o incluso intentaban “morder” al ser abrazados.
Entonces: aunque para nosotros “abrazar” significa cariño, para muchos perros puede significar algo bastante distinto.
¿Por qué sienten así? El punto de vista canino
Hay varias razones, ecológicas y de comportamiento, que explican por qué a los perros no les gustan los abrazos:
- Los perros, como especie, están diseñados para moverse libremente. Son lo que se llama “animales cursorios” (algo así como animales que corren). Eso significa que cuando se sienten amenazados, su primer recurso suele ser huir.
- Un abrazo inmoviliza al perro, lo acerca mucho, y lo pone en una postura que muchos perros no “vieron venir” como parte de su lenguaje corporal. Ese “acercamiento fuerte” puede interpretarse como restricción o amenaza.
- Además, el lenguaje corporal y social humano y canino no es el mismo. Lo que para nosotros es un “gran gesto de cariño” puede que para el perro sea algo que no encaja en su “catálogo de señales de bienestar”.
Por eso llegamos a esta conclusión algo inesperada: a los perros no les gustan los abrazos —no siempre, y no de la forma en que nosotros pensamos.
¿Qué muestran los estudios científicos sobre los abrazos perrunos?
Datos clave que te harán pensar
- En la revisión de fotos y vídeos, se observó que cerca del 82 % de los perros mostró al menos una señal de estrés cuando los abrazaban.
- En vídeos populares estudiados: el 68 % de los perros se giraron o evitaron la mirada, el 44 % se lamen los labios, el 60 % aplanaron las orejas, el 81 % sacudieron los ojos o parpadearon mucho, y un 43 % resopló o jadeó. Incluso un 67 % intentó morder o morder levemente.
- Los expertos señalan que muchos dueños interpretan mal los gestos de sus perros: por ejemplo un perro que está “quieto” no significa necesariamente “feliz”… podría estar congelado por estrés.
¿Entonces el estudio dice que NINGÚN perro disfruta los abrazos?
No exactamente. El hecho de que “la mayoría” de perros muestre señales de estrés no significa que todos odien los abrazos. Hay perros que parecen tolerar o incluso disfrutar los abrazos. Pero los estudios advierten que la mayoría sí los encuentra incómodos, y que los humanos solemos interpretar mal esas señales.
Es decir: aunque tu perro parezca tranquilo al abrazarlo, podría estar conteniendo su malestar. Y es importante transmitirte que no todos los gestos de cariño entendiéndolos como los humanos son cómodos para los perros.

¿Cómo nos damos cuenta de que a un perro no le gusta que lo abracen?
Cuando abrazas a tu perro, y observas su lenguaje corporal, hay varias señales de que quizá lo estás “ahogando” emocionalmente, aunque lo hagas con mucho amor.
Señales de estrés y de “no me gusta”
Algunas señales claras:
- El perro aparta la mirada, gira la cabeza hacia otro lado o evita contacto visual directo.
- Orejas bajadas, pegadas al lado de la cabeza.
- Labios que se relamen o se estiran.
- Pupilas ampliadas o lo que se llama “half-moon eye” o “whale eye” (se ve la parte blanca del ojo)
- Jadeo leve o gruñido silencioso.
- Rigidez corporal, mantenerse parado sin moverse, como “congelado”.
- En los casos más extremos: intentar morder o escapar.
¿Por qué es importante reconocerlas?
Porque pensar “mi perro disfruta de mi abrazo” cuando en realidad está incómodo puede generar problemas: ansiedad, pérdida de confianza, e incluso mordiscos defensivos. Es importante educar tanto a niños como a adultos sobre lo que significa “acercarse bien” a un perro.
Si abrazar a tu perro no es lo ideal… ¿qué hacer?
Ahora viene la parte buena: ¿cómo mostrar cariño a tu perro sin abrazarlo y sin que se sienta invadido? Puedes mostrar amor de muchas maneras sin necesidad de hacer el gesto humano del abrazo.
Alternativas al abrazo perruno
- Caricias suaves, en su zona de confort: detrás de las orejas, en el lomo, evita agarrarlo fuerte.
- Palabras amables y tono de voz tranquilo: los perros entienden tu cariño también por tu voz.
- Tiempo de calidad juntos: jugar, pasear, que tú lo invites al juego. Eso refuerza el vínculo.
- Regalos de atención: un snack saludable, un juguete nuevo, una sesión de cepillado.
- Dar espacio: permitir que el perro se acerque si quiere. Si tu perro va hacia ti para ser acariciado, genial. Pero no lo retengas si quiere salir.
Por qué estas formas funcionan mejor
Porque respetan el lenguaje canino: le dejas moverse, te comunicas en su canal, no lo inmovilizas. De ese modo, evitas que se sienta atrapado. Los estudios muestran que al permitir al perro ejercer su “huida” natural o al menos no impedírsela, se reduce el estrés.
Cómo transmitir cariño sin invadir
- Invita al perro, en lugar de sujetarlo — por ejemplo, abre los brazos o baja tú al suelo, espera a que él venga.
- Observa su lenguaje: si aparta la cabeza, parece tenso, se relame los labios… para.
- Durante las caricias, cambia de zona, varía la intensidad, siempre respetando su reacción.
- Utiliza productos que fomenten el vínculo (juguetes, esterillas, snacks) en lugar de promover el “abrazo obligado”.
La contradicción que muchos dueños viven
Tú abrazas a tu perro porque lo quieres, pero quizá él siente lo contrario en ese momento. Esa contradicción es la clave del artículo: lo que parece cariño humano puede no sentirse así desde la perspectiva canina.
La frase “a los perros no les gustan los abrazos” suena fuerte, pero está respaldada por la ciencia reciente. Y entenderla no significa que no ames a tu perro, sino que amas tanto que quieres que esté cómodo, feliz y sin estrés. Mostrar cariño no es igual a abrazar.
Entonces: cuando te inclines para abrazar a tu perro, piensa: “¿Lo estoy haciendo para él o para mí?” Y quizá opta por una caricia, un juguete nuevo, un “¿Vamos al parque?” en lugar de ese gran abrazo.
Al final del día, tu perro valora transparencia, comodidad, libertad y cariño más que una gran envoltura humana, así que la próxima vez que pienses “voy a abrazar a mi perro”, recuerda: quizá él preferiría un “¿vamos a jugar?”. Y tú puedes ser quien entienda ese “sí” o ese “no gracias”.